Vivir con VIH puede parecer un desafío, pero también es una invitación a reorganizar la vida desde una perspectiva de fortaleza. Aunque los avances médicos han transformado el VIH en algo manejable, el impacto emocional y social sigue siendo significativo. Este año, es momento de dejar atrás el miedo, fortalecer tu salud mental y abrazar una vida plena. Aquí te presentamos algunas claves para lograrlo.

El autoestigma: cómo identificarlo y romper el ciclo

El autoestigma es una barrera que muchas personas enfrentan al vivir con VIH. Se manifiesta como sentimientos de vergüenza, culpa y rechazo hacia sí mismo, alimentados por prejuicios sociales y creencias equivocadas. Podría ser que te culpes por haberte expuesto al virus, o que te sientas diferente (en el sentido negativo) de las demás personas.

Este tipo de pensamientos pueden impedirte disfrutar plenamente de la vida, afectar tu autoestima y tus relaciones. Para combatirlos, es necesario cuestionar esas creencias negativas. Reflexiona sobre su origen: ¿provienen de experiencias personales, de mensajes sociales o de tu propia percepción?

Hablar con un especialista en salud mental o integrarte a un grupo de apoyo puede ayudarte a procesar estas emociones y encontrar herramientas para transformarlas. Rodéate de personas que te acepten tal como eres y recuerda que tu valor no se define por tu diagnóstico.

Reconoce tus logros, por pequeños que parezcan, y celebra tus avances. Cada paso que des hacia una visión más positiva de ti es un triunfo. Romper el ciclo del autoestigma no sucede de la noche a la mañana, pero es posible cuando te permites ser amable contigo.

Salud mental para una vida plena

La salud mental es una parte muy importante del bienestar general, y no es diferente para quienes viven con VIH. Los conflictos emocionales asociados al diagnóstico pueden incluir ansiedad, depresión o miedo al rechazo. Por eso, priorizar tu bienestar emocional debe ser tan importante como adherirte al tratamiento antirretroviral.

Busca prácticas que reduzcan el estrés y promuevan el equilibrio emocional, como la meditación, la actividad física o la escritura de un diario (journaling). Si estableces una rutina diaria puedes encontrar estabilidad y así evitar sentimientos de desorganización o descontrol en tu vida.

Por supuesto, no dudes en buscar apoyo profesional si lo necesitas. Aún mejor si encuentras terapeutas especializados en tu condición, ya que tendrán más experiencia en todo lo que involucra el vivir con VIH.

Deja de lado el miedo

Es importante aprender a gestionar los pensamientos intrusivos. Cuando sientas que el miedo o la ansiedad te sobrepasan, intenta técnicas como la respiración profunda, que te permiten frenar esa desagradable sensación y reenfocar tu energía. Considera que, al cuidar tu mente, tendrás mejor preparación para enfrentar cualquier reto que la vida te presente.

Lo anterior porque, a pesar de los avances en la educación y la sensibilización sobre el VIH han reducido la discriminación en algunos entornos, los prejuicios persisten. Enfrentar la discriminación puede ser difícil, pero también puede convertirse en una oportunidad para empoderarte y educar a otras personas.

Empieza por conocer tus derechos. En México existen leyes que protegen a las personas que viven con VIH de la discriminación en el trabajo, la educación y los servicios de salud. Conocer estas normativas te dará la confianza necesaria para exigir un trato justo y digno.

Toma en cuenta que, muchas veces, el estigma surge de la desinformación. Si te sientes fuerte para hacerlo, utiliza estas situaciones como oportunidades para compartir información precisa sobre el VIH. Esto no solo ayuda a combatir los prejuicios, sino que también puede fortalecer tus propias habilidades de comunicación y autodefensa.

Se puede vivir con VIH, ¡sin duda!

Dejar de lado el miedo y vivir con VIH no significa ignorar los desafíos, sino enfrentarlos con determinación. Al trabajar en tu autoestima, cuidar tu salud mental y fortalecer tus herramientas para enfrentar la discriminación, puedes construir una vida llena de significado y propósito. Este año, haz del amor propio tu prioridad y toma cada día como una oportunidad para demostrarte que eres más fuerte de lo que creías. Porque vivir con VIH no define quién eres, pero sí puede cambiar el cómo enfrentas la vida.

Recuerda que en AHF México tenemos servicios gratuitos de salud sexual, como pruebas de detección de VIH y otras ITS. Acércate a nuestros centros o escríbenos por WhatsApp y haz una cita ya.

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