Si has asistido a las más recientes Marchas del Orgullo LGBT+, probablemente habrás visto a algunas personas caminando a cuatro patas, felizmente conducidas por sus manejadores a través de correas y collares. Se trata de los puppies o integrantes de la comunidad Puppy Play, que gana cada vez más aceptación, en especial entre los hombres gays y bisexuales.
La comunidad puppy (“cachorro”, en inglés) es una subcultura dentro de las prácticas BDSM, siglas en inglés que engloban prácticas de Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo. El Puppy Play consiste en un juego de rol en el que una persona asume el papel de un perro y la otra, el papel de cuidador o manejador (Handler).
Cada vez hay más espacios donde quienes tienen gusto por esta dinámica pueden reunirse, ya sea para compartir experiencias, para aprender cómo desarrollar mejor su rol o simplemente para expresarse como mejor se sienten: como puppies.
Buenos chicos
Según lo explica el sitio Puppies.mx, el Puppy Play es un derivado del Pet Play, es decir, un juego de mascotas donde la persona que ejerce el rol sumiso adquiere la personalidad de una mascota, la mayoría de las veces un perro, un gato o un caballo (Puppy Play, Kitty Play y Pony Play, respectivamente), aunque pueden representarse también otros animales.
En el Puppy Play, quien adopta el papel de cachorro (que, de hecho, puede ser cualquier persona sin importar su identidad de género u orientación sexual) asume comportamientos, gestos y actitudes propios de los perros. El puppy puede actuar de forma juguetona, inocente o sumisa, mientras el Handler asume el rol de dueño o entrenador.
Para reforzar su papel, a muchos puppies les gusta portar accesorios como collares, orejas, máscaras de perro y correas, ya que estos elementos les ayudan a crear una atmósfera más inmersiva y a facilitar el cambio mental hacia el rol de un cachorro. Sin embargo, no es necesario tener ninguno de estos aditamentos para entrar en el Puppy Play. El deseo es lo importante.
Puppy que ladra, no muerde
Aunque las prácticas BDSM en general tienen un fundamento sexual, el Puppy Play no necesariamente implica tener relaciones sexuales. Muchos puppies dicen disfrutar del juego simplemente porque les permite liberarse de las preocupaciones cotidianas y entregarse a una forma de comportamiento más simple y divertida, conectando con una parte de sí mismos que encuentran relajante o empoderadora.
Así, aun cuando el Handler representa una posición de autoridad, su papel principal es cuidar, educar y entrenar a su puppy, construyendo una relación de confianza y cuidado mutuo.
Por otro lado, para quienes sí buscan una conexión sexual, el Puppy Play les brinda la posibilidad de involucrarse en muchas de las prácticas que engloba el BDSM, como sumisión, ataduras, azotes o gusto por los pies, por mencionar solo algunos.
En esta práctica, como en cualquier otra de BDSM, se deben establecer límites claros y respetarlos, con el fin de garantizar la seguridad y el bienestar de ambos participantes. Además, la relación puppy-Handler debe cumplir con el principio SSC, es decir, el juego debe ser Sensato, Seguro y Consensuado.
Como puppy, corres en libertad
Es importante subrayar que el Puppy Play es una forma de expresión consensuada entre personas adultas. Quienes lo practican encuentran satisfacción emocional o sexual al adoptar estas dinámicas, y al igual que otras actividades dentro del BDSM, pueden variar ampliamente en cuanto a la intensidad, frecuencia y motivaciones.
Para algunas personas, el Puppy Play también puede ser una forma de encontrar una comunidad con intereses similares. Pueden encontrarse eventos y reuniones donde los puppies y sus Handlers se encuentran para compartir experiencias y disfrutar de un ambiente donde su forma de expresión es aceptada y celebrada.
Más allá de los prejuicios y de la carga sexual (o no), el Puppy Play es una manifestación de cómo las personas exploran y se relacionan con su propio cuerpo, sus deseos y su identidad. Forma parte de la diversidad de experiencias humanas y puede parecer inusual para algunas personas, pero es una fuente de satisfacción y empoderamiento para otras.
Sean cuales sean tus prácticas, recuerda que en AHF México ofrecemos servicios para cuidar tu salud sexual en un espacio libre de discriminación. Si quieres hacerte una prueba de VIH gratuita, acércate a nuestras oficinas o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.