Tomar el tratamiento para VIH de forma adecuada es clave para mantener tu salud cuando vives con el virus. Gracias a los medicamentos antirretrovirales, muchas personas pueden llevar una vida más activa y sin transmitir el virus. Sin embargo, hay errores comunes que pueden dificultar que el tratamiento funcione correctamente. A continuación, te ayudamos a identificarlos y saber cómo evitarlos para mejorar tu calidad de vida.

No suspendas el tratamiento para VIH

Uno de los errores más frecuentes es no tomar el medicamento todos los días. Si te saltas alguna dosis, se reduce la efectividad del tratamiento y puede hacer que el virus se vuelva resistente, es decir, que los fármacos ya no tengan efecto. Esto le da al VIH la oportunidad de afectar al sistema inmunológico.

Para llevar un buen apego a tu tratamiento, es útil establecer una rutina diaria o usar recordatorios en el celular. También puedes asociar la toma del medicamento con una actividad cotidiana, como cepillarte los dientes o comer.

Otro error común es dejar de tomar el tratamiento cuando te sientes bien. ¡Que te sientas bien es el objetivo y, también, el efecto de los antirretrovirales! El tratamiento mantiene el virus bajo control, y suspenderlo sin indicación médica puede provocar un rebrote del virus y dañar el sistema inmunológico. Si tienes dudas sobre tu tratamiento o estás pensando en dejarlo, primero habla con tu médico.

Sigue las indicaciones médicas

Algunas personas cometen el error de automedicarse o modificar las dosis por su cuenta. Esto incluye adelantar, retrasar o duplicar la toma del tratamiento para VIH si creen que olvidaron tomar una dosis. Hacer esto puede alterar los niveles del medicamento en la sangre y afectar su eficacia.

Si olvidas una dosis, lo mejor es consultar qué hacer según el tipo de medicamento que tomas. A veces, se recomienda tomarla tan pronto como lo recuerdes, pero no siempre es así y solo tu equipo médico puede explicarte cómo proceder.

También es un error no informar al personal de salud sobre otros medicamentos, suplementos o remedios naturales que estés usando. Algunos de estos productos pueden interactuar con el tratamiento para VIH, reducir su efectividad o aumentar el riesgo de efectos secundarios. Por eso, es importante comentar esto en la consulta médica antes de comenzar a tomar cualquier medicamento, aunque parezca inofensivo.

No menosprecies ningún aspecto de tu vida

Otro de los grandes errores que puedes cometer es descuidar la alimentación y el horario en el que tomas tu tratamiento. Algunos antirretrovirales se deben tomar con comida, mientras que otros funcionan mejor en ayunas. No seguir las indicaciones correspondientes puede reducir la absorción del medicamento en el organismo. Si te quedó alguna duda de cómo tomar tus pastillas, consulta la etiqueta del frasco o pregunta a tu equipo de salud.

Olvidar o dejar pasar tus citas médicas es otro error frecuente. Aunque te sientas bien, las citas de seguimiento regulares son muy importantes para verificar que el tratamiento está funcionando y que no hay efectos secundarios.

Además, estas revisiones periódicas sirven para detectar a tiempo cualquier problema adicional, como problemas cardiovasculares, diabetes o algunos tipos de cáncer, que pueden presentarse de manera distinta en las personas que viven con VIH.

Por último, uno de los errores más invisibles es no buscar apoyo. Vivir con VIH puede generar dudas, angustia o miedo, y eso también influye en cómo llevas tu tratamiento. Hablar con profesionales de la salud, grupos de apoyo o personas en las que confías puede ayudarte a mantener el ánimo, resolver problemas y continuar con tu tratamiento más fácilmente.

Recuerda que si no has iniciado tu tratamiento antirretroviral, o si lo suspendiste y quieres retomarlo, en AHF México podemos ayudarte. Sólo acércate a uno de nuestros centros o escríbenos por Whatsapp y haz una cita ya.

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