Mi prima vive en Inglaterra y como sabe que soy especialista en salud sexual, me escribió para contarme su experiencia al hacerse una prueba de hepatitis C en casa. Me dejó sorprendida.
“Fue en la mesa de mi cocina. Allí yo hice mi autoprueba de hepatitis C que llegó por correo. Seguí las instrucciones del paquete, tomé mi muestra de sangre y la devolví en la misma caja al laboratorio del NHS. A los pocos días volvió mi resultado: negativo.”
Me contó el proceso paso por paso. La invitación fue de los servicios nacionales de salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés). Encontró un volante a la entrada de la biblioteca donde le explicaban qué es la hepatitis C, qué hay un tratamiento y la invitaban a solicitar una autoprueba que, como muchas cosas en el país, llegan por correo normal.
Escaneó el QR y apareció un formato de registro con su domicilio y solicitud de teléfono. Antes de una semana recibió un par de SMS informándole que su autoprueba estaba en camino y que podía llamar para cualquier duda.
Una mañana el cartero le entregó una simple caja de cartón reciclado. Contenía un tubo de ensayo, tres lancetas, una toallita con alcohol y un curita. También un instructivo largo, una bolsa de sellado especial para el tubo y una etiqueta para cerrar la caja.
El momento de la prueba de hepatitis C
Cuando llegó el fin de semana se decidió a tomar la muestra. Eso, luego de varios SMS recordándole que una vez que la sangre estaba en el tubo tenía que devolverla por correo en menos de 10 días
Leyó tres veces el instructivo, y vio tres veces el video con las instrucciones para la prueba de hepatitis C del NHS. Puso servitoallas en toda la mesa y acomodó el paquete. Mi prima tenía experiencia en hacerle mediciones de glucosa a su mamá. Pero se inquietó al ver que tenía que pincharse un dedo y llenar un tubo con aproximadamente 15 gotas de sangre.
Una vez que llenó el tubo, lo cerró, lo guardó en la bolsa sellable y lo devolvió a la caja de cartón. La instrucción fue que a la brevedad lo depositara en cualquier buzón, porque ya traía el porte pagado. Y así lo hizo. A la semana le llegaron los resultados a ella y a su clínica.
¿Quién debe hacerse la prueba de hepatitis C en México?
Primero que nada: en México debes ir por la prueba. La prueba no viene a ti. Algunas prácticas de riesgo por las que vale la pena buscar la prueba y si es necesario, el tratamiento son:
- Quienes usen drogas intravenosas o intranasales.
- O si sufrieron una violación sexual.
- Quienes están o han estado en diálisis.
- Personal de salud que ha sufrido accidentes cortopunzantes.
- Personas nacidas de madres con hepatitis C.
- Quienes se han realizado tatuajes sin certeza de uso de material desechable.
- Quienes han recibido transfusiones de sangre o sus derivados, o trasplante de algún órgano.
- Personas con enfermedad hepática.
- Todas las personas mayores de 60 años que no hayan efectuado un test previamente.
- Personas que viven con VIH.
¿Por qué deben hacerse el test las personas que viven con VIH?
Para las personas que viven con VIH importante conocer su serología para hepatitis C, explica el doctor Cisneros, por el tiempo de evolución lenta “cuyo primer síntoma puede ser el deterioro de la función hepática o la cirrosis hepática y que pueden conspirar con los tratamientos que se realizan para el VIH.
En AHF tenemos la misión de velar por tu salud sexual, especialmente si has tenido exposición al VIH y otras ITS, o un diagnóstico positivo en todo caso. Encuentra nuestros centros Wellness donde te orientarán para que puedas hacerte pruebas de VIH y otras ITS incluyendo hepatitis C.