El condón es una tecnología sumamente sencilla. Se trata de una pequeña bolsa que cubre el pene o las paredes de la vagina, ano o boca. Su historia, sin embargo, es bastante compleja. Las múltiples controversias en las que el condón se ha visto envuelto demuestran cuán importante es y sigue siendo en las sociedades humanas. A fin de cuentas, si no fuese tan eficaz, nadie hablaría de él y habría sido olvidado por siempre. 

Pero no ha sido así. Los condones ya eran usados en la Edad Antigua en Egipto y China. Hechos de lino y otras telas tratadas, así como de intestinos de cordero o cabra, su uso se extendió en Europa durante la Edad Media y la Ilustración. Estos materiales no evitaban embarazos pero sí ayudaban, de forma no del todo eficaz, a proteger de infecciones de transmisión sexual como la sífilis y la gonorrea. Para 1930, después de la primera guerra mundial, el condón de caucho era un insumo ampliamente distribuído entre los ejércitos de muchos países. Durante la primera mitad del siglo XX fueron los soldados que regresaban a casa desde los frentes de batalla quienes difundieron el uso del condón en la vida pública. Si bien los países proveían a sus fuerzas militares con condones gratuitos o considerablemente subsidiados, en el ámbito civil su venta aún tenía muchas restricciones y su uso estaba limitado a las clases medias y altas. Por ejemplo, los regímenes fascistas en Italia y Alemania, así como las iglesias anglicanas, protestantes y católicas prohibían el uso del condón. 

En los años 60 apareció la píldora anticonceptiva, que resultó más efectiva que el condón por sí solo para evitar embarazos–pero no así con ITS. Aunque muchos gobiernos levantaron las restricciones para la venta de condones, persistían las limitaciones para su promoción en medios públicos de comunicación. En las décadas de los 80 y 90, con la emergencia de la pandemia de sida, el condón volvió a demostrar su importancia. Ahora los gobiernos, en gran parte presionados por asociaciones civiles, pusieron en marcha las mayores campañas a favor del condón en la historia. Consecuentemente, el uso del condón aumentó a partir de estas campañas. 

Hoy la oposición al uso del condón proviene de diversos sitios. Algunos grupos religiosos continuan condenando el sexo fuera del matrimonio, así como cualquier práctica u objeto que evite el embarazo de forma directa e intencional. Grupos de distintas vertientes políticas, pero sobre todo los más conservadores, ven al condón como un objeto que pone en riesgo la autoridad que por mucho tiempo han tenido para dictar lo que se acepta como la moral sexual normal. Por otro lado, a pesar de que se han logrado liberar las restricciones para la venta de condones, éstos continúan teniendo precios altos y, en los casos  en que su distribución es gratuita, no ha vuelto a haber campañas gubernamentales que promuevan su uso como las que hubo en los 80 y 90. 

En pleno siglo XXI, el condón no deja de ser la tecnología central para prevenir las infecciones de transmisión sexual. Su eficacia como herramienta que nos brinda alternativas reales para decidir sobre nuestras vidas es incomparable. Sin embargo, los esfuerzos para promover el uso y bajar los precios de los condones continúan de la mano de las asociaciones civiles y algunas agencias gubernamentales comprometidas con la salud pública. El hecho de que hoy muchas personas podamos usarlo no es un privilegio, sino un derecho ganado. Este 13 de febrero a las 8 PM AHF México te invita a celebrar al condón con un programa especial que será transmitido por sus redes y por el canal Capital 21. Únete a esta celebración y aprende sobre esta sencilla tecnología que, siglos después, no ha pasado de moda. 

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